
El Señor nos ha llamado como sus profetas porque es Dios quien nos lleva a ti y a mi hablar de Su Palabra, porque esa es mi labor como hija de Dios que me hace que me convierta en una profeta de Dios. Es un privilegio poder hablar de Dios allá afuera, a los que todavía no conocen de Dios; hablar de Dios no es sólo predicar sino caminar con sensatez y sabiduría, mas no neciamente sino seré una profeta insensata que ando en mi propio espíritu y no me dejo guiar por el Espíritu de Dios, y ello traerá condenación a mi vida. Muchas veces como hija de Dios no sé hablar lo correcto, y como una profeta que soy enviada para hablar del amor de Dios sino que mi boca se abre para hablar vanidades, insensateces que no me edifican ni edifican a las otras personas pero hoy el Señor me hace ver que mi boca debe abrirse para de Su verdad y si hago lo contrario no será de bendición para mí.
0 comentarios:
Publicar un comentario